En Catalunya es tradición que la noche del 31 de octubre se celebre la Castanyada. Se asan castañas y boniatos. Se comen panellets, que es un postre típico catalán en forma de 'bolitas' o 'barritas', a base de boniato y recubiertos con almendra, piñones, cacao, coco,...Aunque hipercalóricos están deliciosos así que, como una vez al año no hace daño, me doy el capricho. Después ya tocará incrementar las sesiones de running o en el gym ;)
En casa es una fiesta que nos gusta celebrar porque es 'muy nuestra' pero eso no quita que nos guste Halloween y que, antes de la cena de La Castañada nos vayamos con el crío disfrazado a hacer el 'Treat or Trick' por las tiendas y vecinos de confianza...Nos lo pasamos de bien!!! Un rato de risas que no está nada mal :D
La decoración de Halloween puede ser tan terrorífica y tenebrosa como se quiera. La imaginación (y a veces el buen gusto) es el límite. Pero con un peque de cinco años en casa hay que ser más comedida y hacer que le resulte divertida. No queremos que nuestros hijos se despierten en mitad de la noche con pesadillas por culpa de los 'monstruos' y cosas horribles que habitan la casa. Los 'monstruos' cuanto más simpáticos y amigables mejor.
Las calabazas con caras son características de esta época. A todos los niños les encantan (os acordáis de Ruperta del Un, Dos, Tres?) Yo pongo calabazas por todos sitios (con luces, de vela, con sonidos, de polixpán,...)
Los esqueletos y las calaveras también forman parte de mi decoración al igual que las telarañas.
Este año, como el peque ya es un poco mayor, a petición suya, hemos puesto unos ojos y además he puesto unas cortinas que imitan un escenario sangriento. La verdad es que esto para mí ya es un poco más tétrico pero, sin excesos, también queda más divertido.
Y, por supuesto, no pueden faltar las manualidades del peque...
Vosotras os habéis pasado también a la fiesta de Halloween?
Love,
Eva.
